Biologique

La inflamación es una respuesta natural y necesaria del organismo para protegernos de lesiones,enfermedades y combatir patógenos e irritantes.Ésta es requerida para la reparación del cuerpo en los procesos de curación, pero cuando se mantiene activada de manera continua, se dice que es crónica y causa un daño sistémico, así lo explica el Dr. Alejandro  Cambiaso Rathe, Médico Familiar y especialista en Medicina Preventiva.

Según la escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y el Centro de Longevidad de la Universidad de Stanford, existen enfermedades, como las cardiovasculares (Hipertensión Arterial, Arterosclerosis, Enfermedad de las Arterias Coronarias), endocrino metabólicas (Síndrome Metabólico, Diabetes, Obesidad, elevación del colesterol), inmunológicas (Artritis y Lupus), envejecimiento precoz y varios tipos de cánceres que son causados y potenciados por la inflamación crónica. 

Estudios realizados por MIT (Massachusetts Institute of technology) coinciden en señalar que la inflamación crónica puede alterar el ADN, y mediante procesos de liberación de citocinas, proteínas C reactivas y sustancias tóxicas que producen daño celular y reacciones en cadena que perjudican las arterias y favorecen el aumento de la resistencia a la insulina, predisponen la aparición de enfermedades y aumentan el riesgo de contraer cánceres y réplicas tumorales. En circunstancias normales existen mecanismos para reparar el ADN dañado, sin embargo, bajo inflamación crónica, los sistemas no funcionan de manera apropiada y proporciona la aparición de células  defectuosas que aumentan la probabilidad de generar múltiples patologías físicas y mentales. 

El Dr. Cambiaso Rathe sostiene que “la condición de salud es resultado de un estado integral de bienestar, por tanto, va más allá de la ausencia de enfermedad. Dicho estado depende de factores genéticos, psicológicos, ambientales y en gran medida de cómo absorbemos y utilizamos eficientemente los nutrientes, reducimos la inflamación y eliminamos los desechos y toxinas a través de la orina, sudor, respiración entre otros, con el objetivo de reconstituir un adecuado equilibrio interno (homeostasis)”.

El especialista en Medicina Preventiva expone, que a pesar de esto existen residuos tóxicos como los derivados de petróleo, metales pesados y sustancias inorgánicas que el cuerpo no tiene la capacidad de eliminar por sí mismo, para lo que se requiere de tratamientos médicos especializados.

“Desde el punto de vista preventivo debemos tratar las  causas de las enfermedades no sólo sus manifestaciones clínicas. Debemos poner nuestra salud como prioridad. Para esto es vital cuidar del balance bioquímico del cuerpo y optimizar el metabolismo celular. Logramos esto al promover una adecuada oxigenación celular, una buena nutrición personalizada e hidratación, consumir vitaminas ortomoleculares, realizar ejercicio físico y de relajación de manera rutinaria”, detalla el doctor.

En la actualidad existen pruebas de intolerancia alimentaria que permiten elaborar planes de alimentación en base a los alimentos que nuestro cuerpo tolera mejor.

“De esta forma se ayuda a reducir la respuesta de la inflamación crónica y colaboramos con nuestro cuerpo para fortalecer su sistema inmunológico y capacidad de auto sanación. Esto es tan válido para los atletas de alto rendimiento, como para todo aquel paciente que se propone mejorar su calidad de vida”, añade el Médico Familiar.

La mayoría de las personas viven con procesos de inflamación silente que les ocasionan enfermedades comunes (como los son el sobre peso, gripes recurrentes y fatiga crónica) y, a pesar de someterse a tratamientos convencionales, sienten que no logran el estado de salud deseado. 

El Dr. Cambiaso Rathe asegura que por esta razón el estudio de la inflamación celular y su abordaje ha llevado a los expertos a entender que las enfermedades no son fenómenos que afectan un solo órgano, sino al cuerpo en su conjunto, por lo que los tratamientos médicos deben estar dirigidos y enfocados en proporcionar beneficios sistemáticos y atacar la raíz del problema que, en la mayoría de los casos, es precisamente la inflamación crónica a nivel celular.